Alejandro Cioranescu, en su obra «Historia de Santa Cruz de Tenerife», Tomo III, páginas 281 a
288, no menciona estos hechos, pero si hace constar este otro en la página 283:
Los que se suelen llamar elementos incontrolados no son sólo los que se manifiestan contra la autoridad, sino
también los que se le adelantan sin su consentimiento. Hubo en Santa Cruz incidentes de esta clase, al
principio sin gravedad. Algunos de estos «elementos incontrolados» se ofrecieron la satisfacción de romper
con los martillos las planchas que, en la vieja calle del Castillo, llevaban el nombre de Alfonso XIII, para
cubrirlas después con un cartón con el nombre del capitán Fermín Galán: operación que apenas necesitaba la
intervención de un comando, ya que a los pocos días el mismo ayuntamiento sancionaba el cambio de
nombre.
Cuatro días después, el 18 de abril de 1931, el concejal socialista Pedro García Cabrera, pediría en
el Pleno Municipal de constitución de la Corporación, que esta respetara la voluntad del [pueblo]
exteriorizada el día de la proclamación del nuevo régimen, dando el nombre de plaza de la
República a la de la Constitución y el de Fermín Galán a la calle de Alfonso XIII.
Esta petición no sería satisfecha en dicha sesión plenaria.
El Sr. Franquet después de adherirse a la petición del Sr. Martínez Viera, pidió que este
Ayuntamiento se dirigiera a todos los de las capitales de provincia, para que Cataluña
depusiera su actitud separatista, acatando las disposiciones del Gobierno de la República
[página 72]
española. En caso de no ser eso aceptado – añadió – en el plazo de seis días todas las
provincias boicotearían los productos catalanes.
El Sr. Presidente expresó que en esta sesión solo podía acordarse la elección de cargos y fijar
el dia y hora de sesiones; y que los demás asuntos correspondía tratarlos en la próxima sesión.
Añadió que por tratarse de una propuesta de carácter general, podía tomarse desde luego en
consideración la del Sr. Martínez Viera; manifestando, con referencia a la del Sr. Franquet,
que el Gobierno había abordado el problema catalán, esperándose una favorable solución a los
intereses de la patria; pero que, no obstante, la proposición del Sr. Franquet, como la del Sr.
García Cabrera, podrían tratarse ampliamente en la próxima sesión.
Después de lo expuesto por la presidencia, solamente se acordó expresar al gobierno la
adhesión de esta Corporación.
Por unanimidad quedó designado el lunes de cada semana y hora de las diez y ocho y treinta
minutos para la celebración de las sesiones ordinarias, en cumplimiento del artículo cincuenta
y siete de la ley
[página 73]
Municipal, declarado definitivamente constituido el Ayuntamiento, dándose por terminado el
acto a las diez y seis y cuarenta y cinco, y firmando la presente los Sres. Concejales asistentes
que con los Sres. Don Ernesto Pestana Nóbrega y don Domingo Cruz Gil que no han dado
razón de su ausencia, componen este Ayuntamiento, del que yo el Secretario certifico.
Siguen las firmas de 31 de los 34 concejales asistentes
AOrozco RJ Calzadilla Francisco García Arturo López de Vergara
Sebastian Cifra José González Francisco Martínez Viera Moisés Cova
Eladio Arroyo [Ilegible] Matías Molina Eloy Sansón Tomás de Armas
Fernando Franquet José Izquierdo Esteban Pérez Max Acea
Pedro García Galvan Sebastián Déniz Juan Ramirez Isauro Alvarez
Jeronimo Fernaud Pedro Ramírez S. D Ferreira E Reyes Siliuto
Pedro García Cabrera Alvarez Alejandro Padron
[página 74]
A Morales Erasmo de Armas
Todas estas firmas, menos una, son legibles.
Acaba el acta con la inconfundible firma del Secretario Hipólito Fumagallo Medina.
Se nota la ausencia de las firmas de José Manuel Guezala, Elías Díaz Malledo y Cándido García
Dorta, porque figuran los huecos con sus nombres manuscritos a lápiz, sin cubrir.
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