viernes, 19 de junio de 2009

EL TEATRO CHICO

El edificio es, en realidad, un oratorio del antiguo Hospital de Dolores y Concepción fundado hacia el año 1514. Al trasladarse este Hospital, en el año 1837, al convento de las Monjas Claras, queda el oratorio abandonado, sufriendo desde entonces un progresivo proceso de degradación con profanaciones incluidas.

Funcionaban entonces en la ciudad dos pequeños teatros que venían a satisfacer las crecientes necesidades culturales que se producían como consecuencia del resurgimiento general experimentado por la isla desde comienzos del siglo XIX. El primero era el de “Oriente”, situado en la actual calle de Pérez de Brito. El segundo se hallaba instalado en el salón alto del antiguo Hospital de Dolores y Concepción. Cuando el local que ocupaba este último teatro pasa a ser destinado a Escuela de Instrucción, un acuerdo del Ayuntamiento de la ciudad, fechado el 28 de abril de 1866, cede el uso del oratorio a Juan Antonio Pérez y “ocho vecinos más”, para dedicarlo a “Sala de espectáculos y festejos públicos”. La idea básica de la que se partía en la obra acometida en 1866 era la de conseguir la total ocultación de la fábrica del oratorio, de forma que resultara imposible reconocer el carácter sagrado del edificio. No se consideraba, al parecer, compatible la representación de piezas escénicas de carácter profano con el carácter religioso del edificio, por lo tanto la idea principal para adecuar este edificio fue la imagen de espacio lúdico que llena por completo el interior de la sala, siendo menos afortunada en el edificio posterior que alberga las escasas dependencias y servicios del teatro. En los años 1957 y 1958 se procedió a instalar en él una emisora de radio, sufriendo reformas formales e importantes de adecuación.

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