lunes, 18 de mayo de 2009

ATENTADO EN LAS OLIMPIADAS DE 1972

Los Juegos Olímpicos de Munich 1972 estaban destinados a ser los mejores de la historia. Sin duda las instalaciones fueron las mejores del mundo, y las comodidades para los atletas no tenían comparación. Sin embargo estos juegos son recordados de otra forma, es la Olimpiada más trágica de la historia.

A cinco días de la clausura un comando terrorista palestino, perteneciente a la Organización "Septiembre Negro", logró introducirse en la villa olímpica, la zona donde se alojaba la delegación de Israel. En la incursión dos deportistas murieron, mientras que otros nueve fueron secuestrados. El COI suspendió las actividades por 24 horas.

Los secuestradores pidieron la liberación de 200 guerrilleros palestinos en Israel a cambio de los deportistas israelíes. Como cualquier intento de éxito con esta petición sería inútil, decidieron pedir un transporte para escapar de Alemania. Sin aceptar ayuda externa, los expertos anti-secuestros alemanes aceptaron la oferta de los terroristas, pero con la intención de hacerlos caer en una trampa consistente en un avión "disfrazado", con agentes armados en sitios estratégicos. Los plagiarios y sus víctimas subieron por la noche a un helicóptero rumbo al aeropuerto.


Los terroristas de Septiembre Negro se dieron cuenta de inmediato del engaño, no bajaron el helicóptero al aeropuerto, y a los policías no les quedó otra que disparar. En la nave, ya en tierra, los plagiarios empezaron a matar uno a uno a los 9 atletas que permanecían arrinconados con sus granadas. Cuando los alemanes por fin tomaron ventaja de la situación, mataron a dos terroristas y detuvieron al resto, pero el daño estaba hecho, todos los secuestrados habían sido asesinados.

Al día siguiente se realizó un servicio fúnebre en el estadio Olímpico de Munich. A pesar de tener la posibilidad a los deportistas de dejar de competir si éstos querían (la delegación de Israel se había marchado), los juegos continuaron hasta su fin, pero el espíritu de los juegos olímpicos fue eclipsado por la tragedia.

Sin duda el atentado de Septiembre Negro contra los atletas israelíes en las Olimpiadas fue el punto clave para que el mundo tome real conciencia de lo que estaba pasando en el Medio Oriente. Lo que siguió de ahí en adelante, sería una serie de venganzas de uno y otro bando que hasta el día de hoy no para, cobrando cada vez más y más víctimas, en un conflicto que pareciera no tener fin y en la que nadie quiere ceder.

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